El Doctor Eloy Cabrera Charún, en su obra “Legislación Mercantil” dice que la primera Cámara de Comercio que se fundó en el Perú fue la de Tacna, en el año 1884 con el nombre de “JUNTA CENTRAL DE COMERCIO DE TACNA”. Indudablemente, Tacna, sin obedecer a las decisiones de un fundador español, geográficamente constituye la vía más corta entre los centros más ricos y más poblados del Alto Perú y el mar, constituyéndose así en el eje comercial de toda la zona.
Al iniciarse el siglo XVII, comienza una segunda etapa aún más floreciente para Tacna. El arrieraje fue el medio de transporte más importante de la época y estuvo a cargo de mestizos tacneños; se dice que en Tacna había constantemente 5,000 mulas al servicio activo. Estas recuas de mulas eran las que cargaban el azogue, productos agrícolas y de ultramar a las zonas de Potosí-Bolivia y de allá se traía el preciado metal de la plata.
Al iniciarse la república, se inicia para Tacna otra época más floreciente aun. Roto el monopolio español, fueron muchas las importantes firmas comerciales europeas que instalaron sucursales en Tacna.
Fue tanto el auge comercial en Tacna, que el viajero ingles Jorge Andrews dijo: “Tacna más parece una ciudad europea que americana“.
El eterno viajero Antonio Raymondi escribió: “La ciudad de Tacna cuenta en el día con 15,000 habitantes blancos y mestizos. En Tacna se hallan establecidas numerosas casas extranjeras; inglesas, francesas, alemanas e italianas, de manera que parece una ciudad Europea. Los almacenes de efectos de modas, son elegantes y bien surtidos, pudiendo competir con los de Lima. Hay en Tacna tres hoteles y algunos restaurantes”.
El pináculo del auge económico de Tacna, que constituye la cuarta época, se inicia con la construcción del ferrocarril de Tacna a Arica, confirmando así, la importancia de este eje comercial.
LA INFAUSTA GUERRA DEL PACÍFICO frustró quizás para siempre este esplendor económico de Tacna. El invasor prosiguió con su estrategia económica contra Tacna y así construyó el ferrocarril Arica-La Paz, y, si se tiene en cuenta que el tratado Peruano-Chileno negó a Tacna el derecho de construir un ferrocarril paralelo hacia La Paz, y más aún este mismo tratado cede a Chile la posesión del Tacora, cerrando en esta forma la pasada más baja de Los Andes hacia Bolivia, y lo que es peor, cerrando así el auge económico de Tacna.
Quizás estas fueron las razones poderosas que a las importantes firmas comerciales de aquella época les obligo a formar la “JUNTA CENTRAL DE COMERCIO DE TACNA”, para defender sus intereses.
El día 22 de Marzo de 1884 se suscribe en Tacna el Acta de instalación de la “JUNTA CENTRAL DE COMERCIO DE TACNA” y tres meses después se le da la partida de nacimiento que a la letra dice “357-En la ciudad de Tacna REPUBLICA DEL PERU, a veinticuatro de Junio de mil ochocientos ochenta y cuatro ante mí, Notario Público (Hermógenes Cordero) y testigos comparecieron a efecto de constituir y establecer una sociedad anónima con el titulo de “JUNTA CENTRAL DE COMERCIO DE TACNA” los señores cuyos nombres y domicilios se expresa: Don Tomas Burdus como apoderado de la casa de Comercio de Campbell Jones i Compañía, Don Manuel Granier como apoderado de V. Farfán i Compañía, Don A. Jorge Lupuis como representante de la casa de Comercio de Deves Freres, Don Carlos Brockmann en representación de Zizold Brieger i Compañía, Don Gustavo Bubeck como socio de A. Cavagnaro y Compañía, A Frendenhammer como representante de Jicheteer i Compañía, Don Juan Bostelmann como socio de la casa Schmidt i Costelmann, Don J.L. Wilson por sí todos comerciantes, mayores de edad i de este dominio”.
Desde el fatídico 26 de mayo de 1880, Tacna queda ocupada militarmente por los ejércitos invasores, pero sin embargo, es importantísimo hacer resaltar el inicio de la escritura que a la letra dice: “EN LA CIUDAD DE TACNA, REPUBLICA DEL PERU, A VEINTICUATRO DE JUNIO DE MIL OCHOCIENTOS OCHENTICUATRO etc.”.
La “JUNTA CENTRAL DE COMERCIO DE TACNA”, precisamente se instala (1884) en la quinta y última etapa que se inicia el 26 de mayo de 1880, en que el manto rojo de sangre heroica cubre el Campo del Alto de la Alianza, y, el manto negro de la opresión y oprobio, impuesto por el invasor cubre a la Progresista y Heroica Ciudad de Tacna.
Una evidencia del esplendor económico que vivió Tacna en aquellas remotas épocas le indica en sus estatutos que dice: “Articulo Segundo. Son miembros de la Junta Central de Comercio de Tacna, todas las personas que han suscrito el Acta de Instalación del veinte de Marzo de mil ochocientos ochenta y cuatro”. “Artículo Tercero. Podrán también ser miembros de la Junta Comerciantes, director o empleado de establecimientos públicos o mercantiles, banqueros, armadores de buques, fabricantes y cualquier otro profesional y vecino de esta ciudad o Arica, que sea propuesto al Directorio por uno de sus miembros, etc…”.
En estos mismos Estatutos dice: “Artículo CUARTO. Todo miembro pagara como derecho a incorporación a la Junta cincuenta soles”. Artículo QUINTO. Todo miembro pagara una asignación mensual de diez soles”.
Estos últimos artículos se han incluido en este prologo para llamar la atención en el sentido de que ¿Cuál sería el valor adquisitivo de cincuenta y diez soles respectivamente, casi un siglo atrás?
Indudablemente que esta antigua Institución, por motivos que se desconocen, pero que se pueden imaginar, entró en receso. Existe en nuestros archivos el Acta de Reinstalación de fecha 19 de julio de 1930, o sea, a un año después de la reincorporación de Tacna al seno de la Patria, el Perú.